No cabe duda que el mejor juego que existe es el que los propios niños inventan. Después de pasar días jugando con la Wii o la Nintendo, ellos mismos se saturan. Hoy mi hija mayor diseñó un museo.. sí!, con cartones de cereal y leche, vasos de plástico, pintura y lo más importante…. mucha imaginación. Juntas pensamos que materiales necesitamos para crear la sección del Universo: bolas de unicel para simular planetas, una cartulina grande que sea el cosmos, pinturas, purpurina.

Este tipo de actividades estimula la creatividad del niño y estrecha tu relación con él. Te invita a formar parte de su mundo donde es muy importante que él dirija y decida y donde es una excelente ocasión para darle refuerzos positivos sobre lo que está haciendo. Esto fortalecerá su autoestima y autonomía.

¿Qué otras actividades hacíamos en vacaciones antes de la era electrónica? Los juegos como el pilla-pilla, saltar la cuerda, andar en bici, patinar… pasábamos horas enteras sin darnos cuenta.

 No digo que los juegos electrónicos sean malos pero sí que es conveniente una sana combinación de ambos para el desarrollo  integral de nuestros hijos.

¿Cuál era el juego que más jugabas de pequeño? ¿Se lo has enseñado a tu hijo?

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