Hoy en día vivimos cómodamente realizando actividades cotidianas, tanto en casa como en el trabajo, de manera rutinaria; la forma de comunicarme con los compañeros, el tipo de presentación que ofrezco a mis clientes hasta el platillo que preparo para una reunión con amigos. Sabemos que el resultado es el esperado y esto nos brinda certeza y estabilidad pero ¿estamos aprendiendo algo nuevo con este comportamiento?
Las personas cuando nos enfrentamos a un cambio, a algo inesperado de forma súbita (un quiebre en términos de Coaching Ontológico) solemos resistirnos. Por ejemplo, un cambio de casa, un cambio de área de trabajo o inclusive un cambio de jefe. Pero una vez que nos atrevemos a enfrentarlo y llevarlo a cabo de forma exitosa, crecemos como personas y cambia la apreciación que tenemos de nosotros mismos, somos más fuertes lo cual nos brinda seguridad y confianza. Cuando tomamos riesgos ampliamos nuestra zona de confort.
El miedo que sentimos ante situaciones nuevas suele ser mayor a la situación real. La única manera de liberarse del miedo a hacer algo es hacerlo.