La familia es nuestro primer entorno social, la calidad de vida dependerá de que tan buena sea nuestra interacción en ella.

Cuando decidimos formar una familia, decidimos hacer un ajuste a nuestros hábitos y prioridades, aunque no seamos conscientes y en caso que una persona no esté dispuesta a cambiar sus metas personales se sentirá profundamente frustrada. Una vez asumido este cambio se formará una familia única e irrepetible.

La integración familiar ocurre cuando lo que le sucede a una persona le importa a todos los demás. Por ejemplo si el niño se siente orgulloso por lo que ha hecho en el colegio, el resto de la familia le prestará atención y se sentirá orgulloso también.

Es importante tener una meta familiar que todos estén dispuestos a compartir y que ésta se forme a partir de las metas individuales de cada quién, lo cual se logra abriendo nuestros canales de comunicación y retroalimentación.

Cuántas veces hemos escuchado que el hijo adolescente se aburre con sus padres y que prefiere salir con amigos, esa es la salida fácil; el verdadero reto es encontrar actividades que sean interesantes para toda la familia. Los adultos queremos que se adapten a lo que solemos hacer.

La familia integrada es aquella donde se conocen las metas de cada miembro y es de interés común que sean alcanzadas.

¿Conoces las metas que tienen cada uno de los integrantes de tu familia? ¿Haces actividades que integren a todos los miembros?

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